viernes, 10 de mayo de 2013

Soy de esas.

Soy de esas mujeres que les prometieron que, en algún lugar, algún día, habría hombres que buscarían a alguien como ella. No a alguien a quien no le importara cómo te ves, si no que, al contrario, a alguien a quien le guste mucho tu mala apariencia.

Eso te deja la idea de que cuando encuentres a alguien que te quiera, no debes dejarlo ir, y antes de conocerlo y saber si tú también lo quieres, deberías agradecerle que se haya fijado en ti, como si te estuviera haciendo un favor o algo.

La verdad es que yo no necesito que me hagan ningún favor de esos, y pareciera que mucha gente no lo entiende. No soy de esas mujeres que caerá a los pies del primer hombre que se fije en mi cuerpo. Porque soy mucho más que eso, mi cuerpo sólo es un contenedor.
Un contenedor donde guardo mis ideas, mis deseos, mis sueños, mis opiniones, mis gustos, mis chistes, mis intereses, mis sentimientos.

Quisiera decir que si no encuentro a nadie que me quiera, es porque no le gusta todo eso que encierro, y no simplemente porque no soy lo suficientemente bonita.
Quiero que, si a fin de cuentas, nadie se enamora de mí, sea porque no exista nadie que comparta mis ideas, mis deseos, mis sueños, opiniones, gustos, chistes, intereses y/o sentimientos. Así no sería tan triste quedarse sola.

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