miércoles, 3 de julio de 2013

Un año, una persona, una vida.

Hoy se cumple un año del día que cambió totalmente mi vida. Recuerdo lo ansiosa y nerviosa que estaba. Primeramente, me llevó años convencer a mi familia de que era lo que realmente quería hacer por mí. Segundo, el proceso para llegar hasta ahí fue muy muy largo y difícil, se me presentaron muchos obstáculos, y me costó, pero finalmente pude superarlos.

Esto ha sido algo con lo que no he sido totalmente abierta con la gente, no porque quiera mantenerlo oculto, si no porque siempre he sido una persona reservada con sus cosas, no soy de las que andan diciendo todo a las demás personas, simple y sencillamente porque siempre he pensado que es muy probable que no les importe. Pero bueno, supongo que está bien que lo plasme aquí, como un "homenaje" y como una forma de hacer que (cualquier persona que se interese por leer esto, que sé que nadie lo hace) pueda conocer mi historia, porque no es algo que pueda mantener como secreto, y realmente no quisiera porque no es algo que me avergüence. Sí, sé que muchas personas me van a juzgar y van a decir cosas de mí, porque a lo largo de este proceso he escuchado muchas cosas respecto a mí y mi decisión. Cosas buenas y otras malas; la gente se hace preguntas y empiezan rumores entre ellos, malentendidos, etc...

He escuchado de todo: que si estoy enferma, que si estoy enamorada, que si estoy a dieta, que si por fin me puse las pilas, que qué tramposa, blabla. Pero la verdad es que, para los que no lo sepan, hace un año visité el quirófano por primera vez en mi vida. Sí, me "arrancaron" el estómago, pasó de tener una capacidad de volumen normal, a soportar apenas contener unos 250mL, así... (Ah, y también se llevaron mi vesícula y resultó que tenía un tumor gigante en el baso, por lo cual también me lo quitaron y me dejaron, literalmente, vacía por dentro). Fue un proceso doloroso y trajo muchas consecuencias consigo, no ha sido nada fácil. En realidad implica mucho sacrificio, porque trae muchos riesgos tomar una decisión tan drástica sobre tu cuerpo. He vivido todo un año dependiendo de vitaminas y suplementos de proteína todos los días, inyecciones de vitamina B12 y hierro que duelen hasta el alma, mareos, desmayos, una anemia más fuerte de la que ya tenía, caída (temporal) del cabello, dolores, incomodidades, eso y todo lo que he tenido que dejar. Pero pues, todo sea por verse bien, ¿no?

En realidad es mucho más que eso. Siempre sentí que mi mente no encajaba con mi cuerpo, porque éste no reflejaba lo que en realidad era. Siempre fui la niña que comía frutas, nunca compraba dulces ni papas en el recreo; mis papás nunca me compraron pan blanco, todos los sandwiches de mi infancia fueron hechos con pan integral (hey, eso es triste cuando eres niño!); nunca me compraban dulces, etc. y crecí con ese trauma por cuidarme. Lo intenté todo, absolutamente TODO (todas las dietas que puedas imaginar, junto con muchísimas actividades físicas, pero no entraré en muchos detalles al respecto porque sería extenderme demasiado). Nada funcionaba. Era horrible, incontables veces me encerraba a llorar porque me sentía asquerosamente frustrada con la vida, nada de los esfuerzos que hacía parecían resultar. Noches enteras me dediqué a maldecir a mi maldita genética, a mi mala suerte, por haberme hecho así. Porque, además de las limitaciones físicas que conlleva, estar gordo es LO PEOR que te puede pasar en la vida. La gente te tacha de enfermo, de flojo, que no sabe cuidarse, juzga cada cosa que consumes. Se acerca a darte "consejos", a darte "ánimos" para que te pongas a dieta. Aún no perdono a mis bullies de la infancia, todas sus palabras las guardo "rencorosamente" en una parte de mi memoria. Desde los otros niños en la escuela primaria, secundaria, familiares, incluso muchos extraños en la calle, que nunca en mi vida había visto y ni me conocían, todos ellos siempre tenían un mal comentario que decir sobre mí, se las ingeniaban para hacerme sentir mal, no sé si sus intenciones eran buenas o malas, pero todo eso daña. Cuando la gente te trata así, lo único que logra es retraerte, querer alejarte de la sociedad y aislarte, y eso fue lo que me pasó a mí. La sociedad trata a los gordos como la peor abominación que existe. Cuando eres así, nadie se fija en si eres buena persona, si eres amable o buen amigo, lo primero que ven es tu físico y muchas veces eso les basta para hacerte menos, hacerte burlas, o mirarte hacia abajo. Es increíblemente feo vivir así, no creo que la gente que no lo ha vivido pueda entenderlo. Sales de tu casa (cuando te animas a salir) con miedo de todo, lo único que quieres es que nadie te vea para evitar que te señalen y se te queden viendo; no puedes comer en público sin sentirte juzgado; ir a la escuela puede resultar un martirio diario, porque el mundo, literalmente, no está hecho a tu medida; no puedes pedir raite a alguien sin evitar sentir esa mirada incómoda (por eso hasta la fecha, odio pedir raites); comprar ropa se resume a ir a la tienda a escoger lo que sea que te quede, aunque no te guste o se te vea muy mal... En fin, muchas cosas.

Vivir así, a los 19 años, no era vivir. Y menos cuando era algo que no estaba en tus manos evitar (causas genéticas, las más bitches del mundo, entre otros males). Todos esos motivos y otros más, me llevaron a decidir que una cirugía era la mejor decisión para mí. Los riesgos y miedos eran muchos, pero tenía que arriesgarme, tenía que intentarlo, era mi última opción. Mi mayor miedo era que siendo esta mi última opción para la solución de mis problemas, no funcionara. Tenía mucho miedo a fracasar, a que no funcionara y quedarme como estaba para toda la vida... Pero tomé el riesgo, y debo decir que valió la pena. Ha sido la mejor decisión que he tomado en toda mi vida, un proceso más difícil de lo que pensé que sería, pero los resultados hablan por sí mismos (sí, tenía que poner fotos como prueba de que es real).



Las mejoras físicas son obvias. A veces me cuesta reconocerme en el espejo o en las fotos. También me ha ayudado a hacer cosas que siempre quise hacer pero me daba miedo o me sentía demasiado acomplejada para hacerlas, es una gran liberación, la vida es muchísimo más fácil. Obviamente que también cuentan las mejoras de salud, pero ese es otro tema ~ 

Mucha gente piensa que esta es una salida fácil porque te soluciona la vida, pero me temo que no es así. Requiere mucha disciplina cuidarte después de modificar tu organismo de esta manera, hay que tomar decisiones acertadas, saber qué es lo mejor para comer, dejar muchas cosas que antes disfrutabas, tomar una montaña de vitaminas diario, etc... Pero ¿saben cuál es la consecuencia más difícil de afrontar? Las batallas mentales. 


Cuando uno vive la vida que yo viví, sabe que un pensamiento muy recurrente es pensar que, si tuviera un buen cuerpo, las cosas serían más fáciles y la vida sería perfecta... ERROR. No es así. 
Antes era bastante seria, callada, reservada, tímida, sin vida social, sin muchos amigos, no tenía novio... Y pues, ahora, en realidad en ese aspecto, mi vida sigue siendo exactamente igual. Sigo siendo la misma morra seria, callada, reservada, tímida, sin vida social, sin muchos amigos y sin novio. 
Es fácil pensar "voy a ser más alegre y sociable cuando me vea bien", "cuando sea delgada voy a vencer mi timidez" o "no tengo novio porque soy fea, cuando me vea bien de seguro que por fin alguien se va a enamorar de mí"... Y pues, no. Resultó ser que ninguno de esos pensamientos son verdaderos. Después de 19 años de escuchar constantemente cosas como: "cuídate para que no te enfermes", "ya bájale" y "tienes que adelgazar porque si no, ningún hombre jamás se va a fijar en ti, nadie va a querer estar contigo y nunca te vas a casar" (siendo esta última, la peor de todas, en mi opinión personal), obviamente te las terminas creyendo. 


Para bien o para mal, aprendí que la vida no se trata de qué tan bien te veas, si no de qué tan bien te sientas contigo mismo. ¿De qué sirve un buen cuerpo si no te vas a sentir segura dentro de él? Eso es algo que vas aprendiendo día con día. Es difícil porque es un cambio muy drástico en tan poco tiempo, y como que no te alcanza tu cerebro para procesarlo. Todos hablan de lo bien que te ves y que has cambiado mucho, te hacen cumplidos, pero en el fondo te cuesta adaptarte a tu nuevo cuerpo, porque vives tan acostumbrado a ser señalado de mala manera, que en tu mente aún estás atascado ahí. No es hasta que me veo en el espejo o en fotos cuando me doy cuenta y pienso "wow, sí que he cambiado". 

Entonces ¿elegí esto para hacer felices a los demás? Por supuesto que no. Elegí esta alternativa porque me sentía abrumada dentro de un cuerpo que sentía que no me correspondía, uno que me limitaba tanto física como mentalmente. No estaba nada conforme con la vida que tenía, y mucho menos a tan corta edad, pues siento que no viví los años de niñez y adolescencia como debí de haberlos vivido. También estaba harta de que me juzgaran nada más por mi físico, porque la mayoría de la gente no ve más allá de eso (sonará como cliché, pero por experiencia digo que es verdad). No todo ha sido miel sobre hojuelas, pero la verdad es que a pesar de las consecuencias negativas, estoy muy feliz con mi decisión, nunca me arrepentiré de haber hecho lo que hice. Tengo días en los que soy un desastre mental y emocional, pero siempre despierto mejor, con más esperanzas y ganas de vivir que antes. Basta con recordar todo el proceso y cómo me sentía antes para recordarme que no podría estar mejor de lo que estoy ahora. Sigo teniendo conflictos, pero me hace feliz saber que, por primera vez, no culpo a mi cuerpo por mis desgracias, si no que me di cuenta de que mis problemas estaban mucho más allá. Se me acabaron las excusas, y a la hora de buscar culpables me encontré solamente a mí, y es ahí donde tengo que trabajar. Si las personas no me van a aceptar o querer, por primera vez va a ser culpa de mi personalidad y no de mi apariencia, y eso era exactamente lo que quería lograr. No es sencillo, pero poco a poco debo de ir trabajando sobre mis problemas mentales; sé que poco a poco venceré mi excesiva timidez, sé que poco a poco aprenderé a no tenerle miedo a la gente, y sé que, poco a poco, aprenderé a acostumbrarme a mi nuevo cuerpo y aprenderé a aceptarlo y quererlo. 

Realmente estoy agradecida con esas personas que han estado ahí para mí desde antes, y que aún continúan, gracias por entender mi decisión y apoyarme de diferentes maneras. Ellos más que nadie saben que aunque he cambiado muchísimo por fuera, por dentro sigo siendo exactamente la misma persona. Y, para los que no me conocen, pues... esa es mi historia. Me excedí con el texto, pero sentía que escribirlo y compartirlo era algo que debía hacer. Como dije, habrá gente que lo entenderá y aceptará, y otra probablemente no lo haga, y está bien, que piensen lo que quieran. Lo importante es que salvé mi propia vida, hice un cambio drástico para mi propio bien, y eso dejará y traerá solamente a las personas adecuadas. 

Too long, didn't read? Lo siento, jaja.
Pero esa ha sido mi historia de los últimos 365 días, y eso apenas es el comienzo...

3 comentarios:

  1. Te quiero un chorro, Andrea, nunca me había sentido tan identificada con alguien como contigo justo en este momento. Me alegra millones que seas feliz y que tengas más confianza en ti misma. La sociedad es bien culera y no ayuda mucho disimular que todo está bien, felicidades amigui, te la rifaste una vez más.

    ResponderBorrar
  2. Bueno sis... La verdad me da tristeza, y no por el hecho de la cirugía, mas bien por el de no haber estado con usted durante los momentos difíciles. En algún momento supe que su niñez y pubertad no habían sido fáciles, pero al igual que muchas ocasiones yo siempre le noté positiva y alegre.

    Vengo ahora a pedir disculpas, por haber esperado a que saliera un tema así para decirle lo siguiente... Siempre has sido alguien muy especial para mí, desde que te conocí fue lindo y casi imposible encariñarse contigo, el verte como mi hermana... e irte queriendo más con el paso de los años, de verdad que no se cómo agradecerte. Siempre me has dejado la impresión de niña alegré, de aquélla que conocí aún más al hablar de Tekken y Digimon; lamento no haber notado tus momentos difíciles, pensando que todo iba bien.

    De la forma en que nos conocimos, las apariencias quedaron más allá de cualquier plano, y no me refiero que al haberte conocido en persona la manera de verte hubiese cambiado, pero quizá me habría costado más acercarme a como sucedió de la otra manera, en parte lo agradezco, por dos cosas; soy muy tímida en persona y en segunda... Facilitó aún más en conocernos realmente.

    Te quiero mucho! Bien harto de muchísimo! Siempre te he guardado un cariño muy especial, al haber sido mi primer amiga y pequeña hermana dentro de éste universo cibernético, el haberte conocido en persona, al menos para mi, fue un gran honor! Y el haber probado el postre de aquél día, pfff... De sólo recordarlo se me hace agua la boca, pero lo que es aún más... El compartir un momento contigo en persona, fue de lo mejor en éste mundo!

    Ahora quiero que sepas, que no estás sola, y si te veo como mi hermana, no es sólo un título de palabra y ya, en verdad soy tu hermana y siempre me vas a tener para apoyarte. Me da gusto que tu decisión te haya ayudado, dando un poco más de felicidad y desapareciendo ciertos fantasmas, pero a lo que voy es que... Sería un gusto y honor, estar contigo y seguir venciendo a los fantasmas que sobren. Quizá no pueda ayudarte en persona, pero trataré de hacer lo mejor, y brindando mi apoyo y soporte cuando se requiera.

    Te quiero mucho y lo más especial y con significado para mí, es el haberme permitido conocerte y seguir con ésta amistad después de tantos años. Gracias :')

    ResponderBorrar
  3. Me hubiera encantado conocerte desde la infancia. Te apoyo en todo lo que decidas. Un fuerte abrazo. :-)

    ResponderBorrar